Gracias a la vida en el campo, se respetan las formas de pensar y de sentir, además de las tradiciones locales que se han ido construyendo por pueblos vivos, aunque hoy se ven diluidas por la globalización. Así, se garantiza que no desaparezcan estos pequeños productores, construyendo una red que alcanza todos los eslabones de la cadena agroalimentaria. Esto no solo proporciona ingresos a los agricultores, ganaderos y pescadores locales, sino que también fomenta la creación de empleo en estas áreas.
Reducción de la huella de carbono
El uso de ingredientes locales y de temporada ayuda a reducir la huella de carbono al disminuir la distancia de transporte. Según un informe de la FAO, se estima que el 14% de todas las emisiones provenientes de la agricultura podrían evitarse en 2050 si se usan y distribuyen mejor los alimentos. Además, la agricultura podría compensar la emisión de 3.500 millones de toneladas de CO2 y reducir en hasta un 65% los efectos negativos de la tasa de carbono sobre la seguridad alimentaria.
La producción sostenible también asegura que los productores lleven a cabo prácticas respetuosas con el medioambiente, lo que implica reducir el uso de pesticidas y otros productos químicos. Esto beneficia al medioambiente, la salud de los trabajadores y, en última instancia, la salud del consumidor. Además, permite conservar especies de fauna y flora autóctonas, lo cual garantiza un buen estado del suelo y la prevención de especies invasivas.
Reducción del desperdicio alimentario
Contar con proveedores locales también ayuda a disminuir el desperdicio alimentario. Según la FAO, se desperdician alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos a nivel mundial cada año. Los pequeños y medianos productores pueden ofrecer una mejor trazabilidad de los productos, facilitando la adaptación de la oferta a la demanda. Esto significa que es menos probable que los alimentos se desperdicien, ya que se puede planificar mejor el suministro. También asegura que los restaurantes puedan mantener un suministro constante de ingredientes locales y de temporada.
Mejora de la experiencia del cliente
Además, puede mejorar considerablemente la experiencia del cliente. Al dar a conocer el origen de los productos que está consumiendo, resulta mucho más reconfortante sentarte a comer sabiendo de dónde proceden los productos, cuáles han sido las historias que hay detrás, las prácticas empleadas… De manera simultánea, se logra aumentar la calidad de los platos y dar un mayor valor nutritivo de los mismos.
En un mercado tan competitivo como el actual, destacar en la experiencia dada al consumidor es una vía perfecta para lograr el éxito de cualquier restaurante. Atraer a consumidores concienciados dispuestos a pagar más por dicha experiencia y calidad de los productos.
De este modo, se convierte también en una vía de concienciación que el cliente podrá implementar también en su día a día. Así, se logrará disminuir el impacto ambiental de la agricultura, ganadería y pesca intensiva incluso fuera del restaurante.
Innovación y creatividad en la cocina
El uso de materias primas locales y de temporada fomenta la innovación y creatividad en la cocina. Los chefs se ven desafiados a experimentar con nuevas técnicas y a aprovechar al máximo todos los ingredientes disponibles. Esto no solo enriquece la oferta culinaria de tu restaurante, sino que también sorprende y deleita a los clientes con platos únicos y auténticos.